Cuando The
Newsroom estrenó el año pasado, se perfilaba como una buena serie que nos
recordaría diferentes historias que hicieron noticia dos años atrás en Estados
Unidos. Aquí, Aaron Sorkin, su creador, daría la versión que consideraba “más
apta” en que se debió haber informado equis suceso, haciendo una crítica a los
noticieros del país. A la vez que se nos mostraba lo que acontece frente a las
cámaras, los diferentes ajetreos que ocurrían detrás de la cámara y en la sala
de redacción eran los principales lugares donde se concentraba la narración, esas eran las mejores partes de The
Newsroom. Por otro lado, un tipo de triángulo –en cierto momento, cuarteto– amoroso se desenvolvía entre clichés y cursilerías que no
lograban hacer un buen balance entre las historias; así, la serie pasó a perder el buen camino que llevaba desde un principio.
Ahora que llevamos tres episodios de la
segunda temporada, luego de un buen comienzo y una desastrosa segunda semana,
podemos decir que vamos por el mismo camino del primer año. El seguimiento de
los amoríos entre los y las periodistas cansa desde el primer minuto, a pesar
de sacar a uno de la oficina central y enviarlo en un bus que cubre la campaña
del candidato presidencial republicano, en el 2011; resulta, hasta el momento, la historia más interesante.
Un detalle curioso, a diferencia
del uso exclusivo de noticias reales en el primer año, fue implementar un hecho
noticioso ficticio que, por lo visto, se alargará durante el resto de la
temporada: un crimen militar por el cual el equipo de noticias se mete en
graves problemas legales (Operación Genoa), como se vio en el primer episodio. El saber de antemano que las
cosas con esta historia no tendrán un buen final es algo muy arriesgado, en
cualquier momento el televidente se puede aburrir si no maneja bien el asunto, lo que nos recuerda que
Sorkin hace lo que quiera con sus guiones y HBO le da esa libertad. Evidencia
de esto son los rápidos y filosos diálogos con monólogos recurrentes de parte
de todos los personajes, una posición crítica y gran inteligencia que llega a
cansar, se vuelve demasiado evidente la mentalidad de Sorkin en cada uno de sus personajes, son extensiones de su autor. Detalle que lo lleva a denigrar al elemento femenino sin que se dé cuenta, la mayor razón por la cual fue
criticada la serie se repite, por más que intente enmendarlo, en mostrar a mujeres competentes y firmes en su trabajo pero que
caen cuando están frente a situaciones amorosas con hombres, sobretodo con los personajes
de Makenzie y Maggie frente a Will y Jim. Algo que deberíamos tener en cuenta
no solo aquí sino en cualquier otro programa que vemos pero que Sorkin lo hace
demasiado evidente y por lo tanto es más criticado y mencionado en esta reseña.

Con una nueva secuencia de créditos más
moderada y elegante y esperando que la temporada mantenga el buen ritmo que se vio esta tercera semana, The Newsroom
no pasa de ser una serie regular que se cree más de lo que es en realidad.