Resulta un caso especial The Grand Budapest Hotel, porque es, como ya muchos han dicho, el
filme más “andersoniano” de todos. Su atención a los detalles, cuidadosos
movimientos de cámara, simetría en cada encuadre y ensamblaje de cada escena
solo podrían haber sido logradas por este formidable director de 45 años.
En un mundo donde la avaricia y codicia humana son los
principales personajes de esta “barbárica civilización”, al espectador le toca
seguir a dos almas que todavía conservan una fundamental humanidad. Gustave H. y Zero son los dos héroes desiguales que llegan a complementarse para
triunfar ante las injusticias de la justicia, al punto de sentir cariño y
respeto entre sí; eso sin dejar de verse impecables ante los huéspedes que se
quedan en la magnífica institución que es el Gran Budapest.
La nostalgia por un lugar que alberga los mejores recuerdos
de estos dos personajes es la clave en esta historia, donde cada rincón guarda
bueno y malos momentos en la vida de alguien y donde el sentimiento, por más
que decaiga la estructura, sigue ahí incluso después de su época dorada.
Con la soberbia puesta en escena del hotel se entremezclan a
la perfección música, coloración, fotografía, montaje y excelentes actuaciones,
conformando las partes de un conjunto magnífico y admirable, pero que
fácilmente podrían funcionar como mil historias pequeñas por sí solas; así de
minucioso es el mundo que crea Anderson. Cada truco o broma visual aporta al
resto de la película que se desarrolla con fluidez e ingenio.
Se creería que por poner tanta atención a los elementos
formales y de estilo, la historia quedaría rezagada a segundo plano. No es ese
el caso. Más bien, cada detalle estético permite que los detalles narrativos
destaquen de la manera que solo Anderson sabe. Sus películas podrían parecer
cuentos infantiles, pero, al igual que una fábula, manejan una madurez importante
que no cualquier director sabe transmitir.
Como edificio y como filme, Wes Anderson diseña, construye y le da vida a The Grand Budapest Hotel para que sea saboreado por sus admiradores
y recordado entre la mayoría del público para que, así, pueda seguir dándonos su
atrevida y peculiar visión durante muchos años más.
Arajooooooo, bienvenido al club de críticos de cine.
ResponderEliminarUy compitiéndole a DW y La huella del ojo. Animoso eres bello.
ResponderEliminarVe, Pochita, ahorita Sergio me deja sin trabajo.
ResponderEliminarBien por su crítica de "La teoría del todo": valorativa, informativa, definido punto de vista y agradable de leer.
ResponderEliminarhttp://badhairdays.net/2015/02/03/el-triunfo-de-la-vida-es-el-triunfo-de-the-theory-of-everything/
Si dan clic a letras azules arriba pueden leer la crítica de cine de don Sergio que mencioné en mi comentario anterior. Att. wílliam venegas
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