sábado, 19 de enero de 2013

Oprah y Lance Armstrong

La entrevistadora le pide al entrevistado que responda solamente sí o no. El accede, y con unas cinco preguntas directas y al grano una carrera, siete ganes mundiales consecutivos y más de veinte años de mentiras se vienen abajo con un simple sí. Basta con eso para saber lo que se tenía que saber y cambiar el canal para no poner más atención a tales engaños e innecesarias excusas o confesiones. Pero el que decidió quedarse pudo haber sido testigo de un -si se quiere- complejo y premeditado personaje de televisión, solo que este no es alguien creado para papel y pantalla; la complejidad monstruosa que mostraba conforme los minutos pasaban dejaba un sinsabor en la boca de este hablador de tele y resulta casi imposible creer que alguien que no haya sentido que era un tramposo, un abusador de poder, que buscaba ganar a toda costa y engañaba a millones de personas que confiaban en él en los mejores momentos de su vida decida confesar a estas alturas de la vida. Y peor aún, que su rostro no muestre el mínimo gesto de verdadero arrepentimiento, aunque ese sea el punto de toda la entrevista.
¿Cuál es su propósito de decir esto ahora sin tener un plan que le favorezca a largo plazo? ¿Cuál es la verdadera cara de una cultura que se impone sobre las demás y pretende ser la solución a los problemas? Si uno hace trampa en uno de los aspectos más sanos de la cultura: ¿Cuántos más podrían estar haciendo lo mismo? Las personas necesitan un héroe. Es la gente la que fomenta este tipo de creaciones. Y aunque sea demasiado tarde y muchos dejen de creerle, no todo está perdido para él. Al contrario.
La entrevistadora decide hacer sus preguntas de la manera más directa y tranquila posible, su profesionalismo es evidente, pero su indignación y deseo de entender, también. Él busca suavizar el tema con un comentario gracioso. Ella no pierde la seriedad de su semblante. No es un asunto de risa. La hora pasa volando y nos hemos adentrado a un mundo donde todo puede suceder y cualquiera puede llegar a actuar indebidamente; y donde los verdaderos héroes son aquellos que menos conocemos sus nombres, porque ellos decidieron actuar honestamente, no para el mundo, sino para ellos mismos.
Más que una pieza de televisión debemos tomar este diálogo como una enseñanza. Nadie se salva de la avaricia y deseo de poder. Deificar a quien uno consideró como ejemplo a seguir es pérdida de tiempo. Dejemos que la manera tan vil y descarada de actuar de alguien nos demuestre que podemos ser los mejores, pero ante los ojos de nadie más que uno mismo.

3 comentarios:

  1. Hola Sergio: ¡Qué buen tema traes a tu blog!... Precisamente acabo de terminar de ver la segunda parte de la entrevista (aunque no la vi desde el principio, al menos agarré buena parte)

    Creo que en esta otra etapa, sí se ve a Lance más afectado, sobretodo al enfrentar esa mentira con su hijo... Tal parece que eso sí le dolió y le sigue doliendo...

    Me da la impresión que esta entrevista es épica. Confieso que Lance ni-me-fu ni-me-fa, digo, es parte de mi apatía hacia los deportes. Cuando la noticia salió a la luz pública, tampoco me causó gran conmoción; pero luego de ver la entrevista con Oprah quedé asombrada al darme cuenta la gran estructura que existe detrás del dopaje.

    Sin duda, Oprah se puso una flor en el ojal. Me gustó mucho el tratamiento, el ritmo y su profesionalismo. Hizo las preguntas necesarias y nos reveló cuanto se pudo, sin caer en el sentimentalismo...

    Y con respecto a la moraleja que anotas. Muy cierto, es mejor enfocarse en ser mejores cada día y dejar a los dioses allá arriba, porque acá... Todos somos pecadores :-)

    Saludos, Sergio!

    Katmarce--
    submarinopimienta.blogspot.com

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  2. Sergio, entre usted y Katmarce, qué puedo decir yo.

    Sergio, le dejé en mi blog una respuesta que le debía desde una entrada anterior. Saludos.

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  3. Hago un yo pecador... yo si era de una de sus grandes admiradoras, me costó creer que solo fuera un estafador de sueños.
    En mi opinión, él no es el único culpable, muchos lo convirtieron en héroe.
    No lo vengo a defender, pero me parece que él no fue el único beneficiado ¿cómo y de dónde salió toda la maquinaria que estaba detrás de él? ¿hasta dónde conocían los patorcinadores?
    Bueno, esperemos que tampoco nos haya engañado con esa gran batalla que le dio al cáncer.
    Saludos.
    http://abaloriosdevala.blogspot.com/2013/01/ausencia_26.html

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