lunes, 9 de diciembre de 2013

The Good Wife





Es una tragedia que no he hablado suficiente de esta serie aquí en el blog. Una pequeña recomendación no bastaba para explicar los detalles que esta serie lograba tan bien en sus primera temporadas. Ahora, con diez episodios de su quinto año transmitidos, se ha convertido en más que una simple serie de abogados muy ingeniosos. 
Desde sus inicios, el matrimonio de creadores, Robert y Michelle King, plantearon un programa donde el personaje principal siempre sería el cinismo de todos los involucrados en la firma de abogados Lockhart & Gardner y sus opositores en corte. Pero es al final de su cuarta temporada y prácticamente todos los de la actual que llega a un altísimo punto de calidad en cuanto a contar historias y mantenerse fiel a los personajes principales y recurrentes
Cuando Alicia y Carey deciden dejar el lugar que los acogió por cuatro años para formar un bufete propio, donde no estuvieran bajo el ala de quienes se llevaban todo el crédito de su trabajo. Todo esto sucede con los riesgos que se puedan esperar y con las implicaciones del caso: cuando Will se da cuenta y decide despedir a Alicia, cada escena de esos primeros quince minutos (del episodio cinco, donde todo se viene abajo) es electrizante; amistades de años se vienen a bajo en segundos, discusiones que temíamos se vuelven realidad y no hay nada que podamos hacer para detenerlo. Esta es la cosa: no es posible escoger un lado en el cual estar, no solo queremos que Carey y Alicia triunfen, sino que tampoco queremos ver a Will y Diane molestos, ellos han sido sus mentores, y, por extensión, los nuestros. Esa es la maravilla de esta temporada --y lo que necesita cualquier serie que lleva tanto tiempo al aire--, un cambio en el status quo que revitalice a todos los involucrados y a nosotros, los espectadores. Así, la atención vuelve y la serie no vuelve a ser la misma, pero en este caso, es más que excelente.
Además de los geniales cambios y nuevas dinámicas que ayudarán enormemente a la fórmula semanal, The Good Wife siempre fue excelente para diálogos, construcción de personajes y manejo entre historias individuales y con continuidad, siendo la relación entre Will y Alicia la más importante (en su segundo año fue tensión, amorío en la tercera y separación en la cuarta), cómo se convierte un amor tan incondicional en traición y engaño de un momento a otro, esto se explora mejor en el episodio diez, donde Will intenta utilizar los momentos que estuvo con Alicia para ganar un caso en corte. Lo mejor es que, entre el excelente drama, los escritores siempre logran encontrar momentos de humor que se entremezclan con los sucesos generales, para darles un mayor realismo.
El aspecto que más ha evolucionado y llamado la atención este año es la música, las melodías de David Buckley se volvieron más atrevidas y notorias gracias a los giros dramáticos y mayor libertad a la hora de componer, dignas de escuchar. También lleva mención honorífica la dirección que resulta de las más atrevidas para programas así.
No me queda otra cosa más que recomendarla de nuevo. Si no la han visto antes, empiecen con esta temporada, funciona como un nuevo inicio sin necesidad de historias pasadas (aunque para los que vimos desde el principio, el impacto es mayor) y contiene uno de los mejores episodios que ha producido la serie ("Hitting the Fan") y, sin duda, uno de los mejores del año.
Esperemos que The Good Wife siga impresionando a sus fieles seguidores y a los que, por la bulla que ha hecho este año, apenas nos empiezan a acompañar, que han sido bastantes.

1 comentario:

  1. Hola Sergio: Gracias por la recomendación pero no me motiva mucho ver la serie. Saludos y espero que pases unas bonitas fiestas :)

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