Game
of Thones siempre sufrió por la cantidad de
personajes que tiene dispersos por el mundo de Westeros. Le resultaba difícil mantener historias centradas por los
diferentes momentos temporales, variadas locaciones y constantes muertes. Por
suerte, el nuevo año de la serie ofrece un enfoque más interesante en una
especie de “nuevos comienzos”, tanto en historias como en evolución de
personajes, estos que ya son suficientemente conocidos y cuando la lista de los
que podrían ser principales es más clara (Tyrion, Arya, Sansa, Jon, Daenerys,
Cersei, Jaime, tal vez).
Al iniciar cada temporada, las historias
parecen ser demasiadas y están divididas de manera que la audiencia recuerde
qué había sucedido y en qué posición está ahora cada personaje, un mal
necesario que siempre ha tenido la serie. Pero es a partir del segundo episodio
(recién visto el domingo pasado) que cada momento se vuelve parte de un todo
episódico bien amarrado y de un gran disfrute.
Esta vez, en su constante viaje, Game of Thrones se centra en sus
personajes y los define con más claridad. Aunque se encuentran totalmente
alejados entre sí, el guion de cada episodio logra darle cohesión a las
historias y temas que se presentan; así, es como si estuviéramos viendo una
película cada semana, una narrativa que funciona a la perfección de manera
independiente y, a la vez, sin perder de vista el concepto de episodio semanal,
evoluciona como parte de la historia general de la serie.
Con la formación de nuevas alianzas, el
cruce de personajes que jamás se han conocido, el paso a la madurez (en el caso
de Sansa y Arya), la duda ante las decisiones que toman ahora los personajes
(en el caso de Jon) y las consecuencias
que deben enfrentar por las mismas (en el caso de Dany, donde sus dragones son la metáfora evidente de su pérdida de
control total) resultan una gama de posibilidades que le es más fácil explorar
en la vastedad del mundo de la serie.
Un mundo donde está siempre latente la
búsqueda del poder, de la venganza; donde la lealtad va de la mano de la duda,
el miedo es la base del coraje y donde el poder reside en todo aquel que se atreva
a dar muerte. Ahí no hay bien o mal, sino todo aquello que está en medio del
blanco y el negro.
Sin haber leído los libros pero al saber
de varios comentarios afirmando que, este año, el tratamiento de los sucesos en
la página serán diferentes a los que veremos en pantalla, es casi seguro decir
que la manera de adaptar con más libertad el material original es lo mejor que
puede sucederle a la serie. Sin descartar la calidad de las novelas, claro;
pero dándose cuenta de que, por suerte, el punto de comparación es cada vez más débil.
Entonces, la quinta temporada tiene el
reto de ver qué hacer mientras la próxima novela de George R.R. Martin llega a ser publicada; curiosamente, a HBO eso no le
preocupa y avanzará de todas maneras, salga el nuevo libro o no. Aún así, el
resultado televisivo es más que satisfactorio para la audiencia en general, con más
suspenso para quienes leyeron los libros y una grata sorpresa para los que fuimos más escépticos.
Valar Morghulis!
Valar Morghulis!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Discusiones Interesantes